Casinos y Furcias

Yo, friki

Hola, queridos lectores. Ésta semana planeaba hablaros de los beneficios de aplicar un filtro sepia en los vídeos de primates comiendo plátanos de canarias, pero he tenido algunas vivencias reveladoras que me han hecho cambiar de opinión. Ésta semana quiero hablar de etiquetas.

Las etiquetas son aquellos términos que utilizamos para agrupar determinados elementos según ciertas características. En ocasiones vienen en forma de pegatinas sobre objetos inanimados, y en otras vienen en forma de adjetivos, generalmente despectivos, aplicados sobre una persona o un grupo de personas. A las personas nos encanta poner etiquetas, especialmente si son ofensivas o si estrenamos una Dymo.

Las etiquetas que me han llamado más la atención éstos días son: rojo, facha, puta, ligón, 1.99€, runner, friki

Rojo y Facha

Como la noche y el día, las dos primeras etiquetas son utilizadas según la vertiente política de las personas, generalmente por individuos que ya han superado el meridiano de su esperanza de vida, para referirse a aquellas que no votan al mismo partido que ellas. De modo que, mientras para algunos el Sr. J.L. Rodríguez Zapatero es «un rojo que nos llevó a la ruina», el Sr. Rodrigo Rato es «un gran gestor», y para otros el Sr. Pablo Iglesias representa «el salvador de las masas», y el Sr. Ruiz Gallardón es «el facha que enterró a Madrid en deudas».

Aunque en mi opinión todo el que se mete en política acaba corrompido, de una u otra manera y en mayor o menor medida, al final, la opinión de cada cual depende de su perspectiva. Hace tres cuartos de siglo, Europa se debatía en la 2ª guerra mundial, y para algunos, el bando de Hitler fue el bando seguir, y para otros, lo fue el de Stalin. El resultado para cada bando fue miseria, pobreza, y atroces crímenes de guerra …

El resultado, cuando se elige un extremo, siempre es el mismo: todos pierden (por eso yo nunca juego con Robben en el FIFA).

Puta y Ligón

La tercera y cuarta etiquetas se aplican en función del género a personas con gran afición al alterne y la promiscuidad.

Siempre me ha llamado la atención que en éste caso se utilicen palabras distintas para definir lo mismo en función del género, con lo fácil que suele ser aplicar el género a las palabras generalmente (lo cual daría como resultado puto y ligona).

Entiendo que esto es así porque nuestra rica lengua española evoluciona constantemente, y no deja de enriquecerse de expresiones cotidianas de los tiempos que corren, que se utilizan coloquialmente de forma nada despectiva. Además, no hay que olvidar que la gran mayoría de nosotros utiliza su lengua con corrección y ejemplaridad, como personas cultivadas que somos.

1.99€

La quinta etiqueta (1.99€) y similares, se aplica, con diversas variaciones numéricas, sobre productos que podemos encontrar en nuestra tienda de barrio de confianza. En concreto, la que he incluido en ésta entrada corresponde a una lata de espárragos, pero se puede aplicar a más productos.

Runner

La sexta etiqueta está muy de moda hoy en día. Se aplica la etiqueta runner sobre todo aquel aficionado a salir a correr con cierta periodicidad, independientemente de las condiciones climatológicas. Éste tipo de individuos, que toda la vida había llamado equivocadamente corredores, han ido refinando su afición hasta el punto de ser más un club social que la práctica de un deporte. Los runners se conocen casi todos entre si (de vista, de cruzarse en sus rutas). Es como el padel, pero sin tomar un refresco 0% en el bar del club después del partido.

Como experiencia personal, recientemente he empezado a salir a correr para perder todos esos kilos de más que he ido ganando tapa tras tapa, y, cuando salió el tema en una conversación, me preguntaron «Entonces ¿ahora eres runner?», y me vi obligado a responder «No, lo que soy es idiota».

Friki

Finalmente llega mi favorita. La asocian conmigo con demasiada frecuencia, a pesar de no haber encontrado nunca el motivo. Por lo general la gente etiqueta como friki a alguien raro, alguien que se sale de sus «estándares de normalidad». En el mundo actual, parece que todos los frikis lleváramos gafas, nos pasáramos todo el día con aparato electrónicos y lo supiéramos todo sobre ellos, y no tuviéramos ningún tipo de interacción social fuera del círculo friki. Pues bien, en mi caso eso es falso, ¡yo interacciono con otros runners! ¡les miro a la cara cuando nos cruzamos!.

Por otro lado, me gustaría saber cuales son esos estándares de normalidad, porque hay mucha gente que se sale de ellos y no tiene ésta etiqueta. ¿Los runners no son frikis? ¿Que tiene de normal salir a correr en diciembre a 7 grados con lluvia torrencial?

Y para terminar, otra experiencia personal. Recientemente tuvimos que hacer cola en la oficina de la parroquia de San Pedro, en Soria, para solicitar una fecha para una boda. Las fechas las empiezan a dar el 3 de octubre, y no antes. La oficina abría a las 11 de la mañana, y había gente esperando desde las 3 de la mañana ¿Y luego el friki soy yo? ¿Por qué, porque me llevé la consola para aliviar la espera? ¡Venga, hombre! ¡Ni que fuera un concierto de los Rolling!

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